El Cuestor Cayo Flaminio (Cónsul en 187 a.C.)
Foto: Víctor Fernández
Cayo Flaminio (en latín, Gaius Flaminius) fue un político y militar de la República romana que alcanzó el cargo de cónsul (el mayor rango que se podía alcanzar en la República de Roma) en 187 a. C., junto con Marco Emilio Lépido. Flaminio era el hijo de Cayo Flaminio Nepote, general romano que murió en la batalla del Lago Trasimeno.
En 210 a. C. ocupó el cargo de cuestor (quaestor) de Publio Cornelio Escipión el Africano en Hispania.
En 196 a. C. fue edil curul, año en el que entregó grandes cantidades de grano a bajo precio al pueblo, que le habían dado los sicilianos de sus excedentes en agradecimiento al buen gobierno de su padre a la isla y de él mismo.
En 193 a. C. fue pretor, recibiendo la provincia de Hispania Citerior (se extendía por la costa este de Hispania, desde los Pirineos a Carthago Nova) con la orden del Senado de enviar de vuelta a los veteranos de Hispania y con la autorización de alistar allí legionarios. Valerio Antias relata que Flaminio incluso fue a Sicilia a reclutar tropas y al retorno fue empujado por una tormenta a la costa de África, pero llegó a Hispania donde hizo la guerra con éxito para los romanos; asedió y conquistó la rica ciudad de Licabrum (la actual Cabra, Córdoba) e hizo prisionero a un caudillo hispano, de nombre Corribilo.
El 187 a. C. obtuvo el consulado junto con Marco Emilio Lépido, rival de Marco Fulvio, cuya candidatura Flaminio había apoyado. El senado asignó el país lígur (sudeste francés y noroeste italiano) como provincia de los dos cónsules y Lépido se molestó puesto que la quería para él mismo, como sucesor de Marco Fulvio, que lo había administrado los dos últimos años.
Finalmente los dos cónsules fueron a su provincia y combatieron a los lígures, que saqueaban el norte de Italia. Flaminio derrotó tras varias batallas a los triniates y los desarmó, y después atacó a los apuani, otra tribu lígur que había invadido los territorios de Pisa y Bononia, que también fueron sometidos; para no tener las tropas desocupadas empezó la construcción de una vía romana entre Bononia y Ariminum y su colega otra entre Placentia y Ariminum que se tenían que juntar con la Vía Flaminia.
En 210 a. C. ocupó el cargo de cuestor (quaestor) de Publio Cornelio Escipión el Africano en Hispania.
En 196 a. C. fue edil curul, año en el que entregó grandes cantidades de grano a bajo precio al pueblo, que le habían dado los sicilianos de sus excedentes en agradecimiento al buen gobierno de su padre a la isla y de él mismo.
En 193 a. C. fue pretor, recibiendo la provincia de Hispania Citerior (se extendía por la costa este de Hispania, desde los Pirineos a Carthago Nova) con la orden del Senado de enviar de vuelta a los veteranos de Hispania y con la autorización de alistar allí legionarios. Valerio Antias relata que Flaminio incluso fue a Sicilia a reclutar tropas y al retorno fue empujado por una tormenta a la costa de África, pero llegó a Hispania donde hizo la guerra con éxito para los romanos; asedió y conquistó la rica ciudad de Licabrum (la actual Cabra, Córdoba) e hizo prisionero a un caudillo hispano, de nombre Corribilo.
El 187 a. C. obtuvo el consulado junto con Marco Emilio Lépido, rival de Marco Fulvio, cuya candidatura Flaminio había apoyado. El senado asignó el país lígur (sudeste francés y noroeste italiano) como provincia de los dos cónsules y Lépido se molestó puesto que la quería para él mismo, como sucesor de Marco Fulvio, que lo había administrado los dos últimos años.
Finalmente los dos cónsules fueron a su provincia y combatieron a los lígures, que saqueaban el norte de Italia. Flaminio derrotó tras varias batallas a los triniates y los desarmó, y después atacó a los apuani, otra tribu lígur que había invadido los territorios de Pisa y Bononia, que también fueron sometidos; para no tener las tropas desocupadas empezó la construcción de una vía romana entre Bononia y Ariminum y su colega otra entre Placentia y Ariminum que se tenían que juntar con la Vía Flaminia.