Publio Cornelio Escipión - El Africano Mayor
236 a.C. - 184/183, Liternum, Campania [actualmente Patria, Italia]
Del latín Escipion Africanus Major, nombre completo Publius Cornelius Escipion Africanus. General romano famoso por su victoria sobre el líder carthaginés Aníbal en la batalla de Zama (202 a.C.), que acabó con la II Guerra Púnica. Por esta victoria se ganó el sobrenombre de Africano (201 a.C.).
Antecedentes familiares
Publio Cornelio nació en una de las grandes familias patricias de Roma; su padre, abuelo y bisabuelo habían sido todos cónsules. En el año 218 a.C. el padre de Escipión, también llamado Publio, detuvo el consulado en una de las épocas mas criticas de la historia de Roma. Junto a él, en una marcha de caballería en Ticinus, el joven Escipión hizo su primera aparición histórica: viendo a su padre herido por el enemigo, cargó hacia ellos y lo salvó. Esta anécdota es recordada por el historiador Polibio proveniente del amigo de Escipión Laelius, y puede muy bien ser cierta.
De la niñez de Escipión y de su boda con Aemilia, hija de Aemilius Paullus, cónsul en 216 a.C. que cayo en Cannas, nada se sabe. Tuvo dos hijos: Publius, que fue apartado por su bébil salud de la carrera publica y que adoptó a Escipión el Africano menor; y Lucius, quien fue pretor en 174 a.C. La apariencia física de Escipión es mostrada en algunas monedas acuñadas en Carthago Nova (Cartagena) –que casi con certeza son fieles a su apariencia- y también probablemente en un anillo (sello) encontrado cerca de Nápoles.
Carrera militar
Escipión sirvió como tribuno militar en la desastrosa batalla de Cannas en el 216 a.C. Escapó tras la derrota de Canusium, donde se replegó con unos 4000 supervivientes; allí valientemente desbarató un plan de algunos traidores para desertar de Roma. En el 213 a.C. volvió a la carrera civil siendo nombrado edil; cuenta la historia que cuando los tribunos protestaron su candidatura porque estaba por debajo de la edad legal, replicó: "Si el pueblo de Roma quiere elegirme edil, soy lo suficientemente mayor". Pronto los desastres familiares y nacionales siguieron: su padre y tío murieron en Hispania donde los carthagineses habían cruzado la línea del Ebro (211 a.C.).
En el 210 a.C. los romanos decidieron enviar refuerzos a Hispania, pero se cuenta que ningún general de cierta edad quiso llevar a cabo semejante empresa y Escipión se ofreció él mismo; de una forma u otra, el pueblo de Roma decidió enviarle, aunque fuera técnicamente un privatus (no un magistrado). Esta confianza hacia un hombre que no había sido cónsul o pretor, puesto al frente de una misión militar fuera de Italia creó un importante precedente. Así se le dio la oportunidad de vengar la muerte de su padre en Hispania, donde esperaba no solo contener al ejército carthaginés y evitar el envío de refuerzos para Aníbal a Italia, sino continuar con la política ofensiva de su padre, para cambiar el rumbo de la guerra y sacar al enemigo de la península.
Semejante tarea podía parecer un sueño en el año 210 a.C., pero Escipión tenia confianza y habilidad. Estaría acabada en los siguientes cuatro años. Desde su cuartel general en Tarraco (Tarragona), en 209 a.C. Escipión lanzó un ataque combinado por tierra y mar al cuartel general enemigo en Carthago Nova, sabiendo como sabia que los tres ejércitos enemigos en Hispania estaban al menos a 10 días de distancia de la ciudad. Ayudado por una bajada del nivel de las aguas de una laguna que lindaba con la muralla norte, tomó al asalto la ciudad con éxito. Este fenómeno de marea baja, atribuido a la ayuda de Neptuno, quizá fuera el efecto de un repentino viento; de cualquier forma, incrementó la creencia de los soldados en el apoyo de los Dioses a su general. En Carthago Nova ganó almacenes y suministros, rehenes iberos gracias a los cuales selló alianzas con sus respectivos pueblos, las minas locales de plata, un puerto magnifico y una base para continuar avanzando hacia el sur.
Tras entrenar a su ejército en nuevas tácticas, derroto al general carthaginés Asdrúbal Barca en Baecula (Bailén) en Baetica (208): mientras que normalmente las dos ultimas líneas de un ejército romano daban apoyo a la primera línea, en esta batalla Escipión, detrás de una barrera de infantería ligera, dividió al grueso de su ejército, que cayo sobre los flancos de las tropas carthaginesas. Cuando Asdrúbal se retiró, intentando entonces unirse a su hermano Aníbal en Italia, Escipión declinó sabiamente la tarea imposible de intentar pararlo y decidió que sería mejor acabar con su misión en Hispania, con la derrota de los dos ejércitos carthagineses que todavía quedaban allí. Esto hizo brillantemente en la batalla de Ilipa (Alcalá del Río, cerca de Sevilla), donde contuvo al grueso de las tropas del enemigo, mientras que las alas de su ejército los rodeaban. Consolidó el dominio romano de Gades (Cádiz), con lo que completaba el control de la Península Ibérica.
Elegido cónsul en el 205 a.C., Escipión se atrevió a ignorar la presencia de Aníbal en Italia para golpear directamente en África. Una vez vencida cierta oposición política en el Senado Romano, se desplazó hasta Sicilia con un ejército formado parcialmente por voluntarios. Mientras que preparaba sus tropas, arrebató con osadía Locri Epizephyrii en la punta de Italia de las garras de Aníbal, aunque el posterior dudoso comportamiento de Pleminius, a quien dejó a cargo del mando de la ciudad, dio motivos a sus oponentes políticos para criticarle.
En el 204 a.C. desembarcó con unos 35,000 hombres en África, donde asedió Utica. A comienzos del 203 pegó fuego a los campos de Asdrúbal (el hijo de Gisgo) y de su aliado númida Syphax. Entonces, evitando las fuerzas que el enemigo intentaba reunir en las grande llanuras de Bagradas (actualmente Suq al Khamis, en el Majardah, Tunez), derrotó a ese ejército con un doble ataque envolvente.
Del latín Escipion Africanus Major, nombre completo Publius Cornelius Escipion Africanus. General romano famoso por su victoria sobre el líder carthaginés Aníbal en la batalla de Zama (202 a.C.), que acabó con la II Guerra Púnica. Por esta victoria se ganó el sobrenombre de Africano (201 a.C.).
Antecedentes familiares
Publio Cornelio nació en una de las grandes familias patricias de Roma; su padre, abuelo y bisabuelo habían sido todos cónsules. En el año 218 a.C. el padre de Escipión, también llamado Publio, detuvo el consulado en una de las épocas mas criticas de la historia de Roma. Junto a él, en una marcha de caballería en Ticinus, el joven Escipión hizo su primera aparición histórica: viendo a su padre herido por el enemigo, cargó hacia ellos y lo salvó. Esta anécdota es recordada por el historiador Polibio proveniente del amigo de Escipión Laelius, y puede muy bien ser cierta.
De la niñez de Escipión y de su boda con Aemilia, hija de Aemilius Paullus, cónsul en 216 a.C. que cayo en Cannas, nada se sabe. Tuvo dos hijos: Publius, que fue apartado por su bébil salud de la carrera publica y que adoptó a Escipión el Africano menor; y Lucius, quien fue pretor en 174 a.C. La apariencia física de Escipión es mostrada en algunas monedas acuñadas en Carthago Nova (Cartagena) –que casi con certeza son fieles a su apariencia- y también probablemente en un anillo (sello) encontrado cerca de Nápoles.
Carrera militar
Escipión sirvió como tribuno militar en la desastrosa batalla de Cannas en el 216 a.C. Escapó tras la derrota de Canusium, donde se replegó con unos 4000 supervivientes; allí valientemente desbarató un plan de algunos traidores para desertar de Roma. En el 213 a.C. volvió a la carrera civil siendo nombrado edil; cuenta la historia que cuando los tribunos protestaron su candidatura porque estaba por debajo de la edad legal, replicó: "Si el pueblo de Roma quiere elegirme edil, soy lo suficientemente mayor". Pronto los desastres familiares y nacionales siguieron: su padre y tío murieron en Hispania donde los carthagineses habían cruzado la línea del Ebro (211 a.C.).
En el 210 a.C. los romanos decidieron enviar refuerzos a Hispania, pero se cuenta que ningún general de cierta edad quiso llevar a cabo semejante empresa y Escipión se ofreció él mismo; de una forma u otra, el pueblo de Roma decidió enviarle, aunque fuera técnicamente un privatus (no un magistrado). Esta confianza hacia un hombre que no había sido cónsul o pretor, puesto al frente de una misión militar fuera de Italia creó un importante precedente. Así se le dio la oportunidad de vengar la muerte de su padre en Hispania, donde esperaba no solo contener al ejército carthaginés y evitar el envío de refuerzos para Aníbal a Italia, sino continuar con la política ofensiva de su padre, para cambiar el rumbo de la guerra y sacar al enemigo de la península.
Semejante tarea podía parecer un sueño en el año 210 a.C., pero Escipión tenia confianza y habilidad. Estaría acabada en los siguientes cuatro años. Desde su cuartel general en Tarraco (Tarragona), en 209 a.C. Escipión lanzó un ataque combinado por tierra y mar al cuartel general enemigo en Carthago Nova, sabiendo como sabia que los tres ejércitos enemigos en Hispania estaban al menos a 10 días de distancia de la ciudad. Ayudado por una bajada del nivel de las aguas de una laguna que lindaba con la muralla norte, tomó al asalto la ciudad con éxito. Este fenómeno de marea baja, atribuido a la ayuda de Neptuno, quizá fuera el efecto de un repentino viento; de cualquier forma, incrementó la creencia de los soldados en el apoyo de los Dioses a su general. En Carthago Nova ganó almacenes y suministros, rehenes iberos gracias a los cuales selló alianzas con sus respectivos pueblos, las minas locales de plata, un puerto magnifico y una base para continuar avanzando hacia el sur.
Tras entrenar a su ejército en nuevas tácticas, derroto al general carthaginés Asdrúbal Barca en Baecula (Bailén) en Baetica (208): mientras que normalmente las dos ultimas líneas de un ejército romano daban apoyo a la primera línea, en esta batalla Escipión, detrás de una barrera de infantería ligera, dividió al grueso de su ejército, que cayo sobre los flancos de las tropas carthaginesas. Cuando Asdrúbal se retiró, intentando entonces unirse a su hermano Aníbal en Italia, Escipión declinó sabiamente la tarea imposible de intentar pararlo y decidió que sería mejor acabar con su misión en Hispania, con la derrota de los dos ejércitos carthagineses que todavía quedaban allí. Esto hizo brillantemente en la batalla de Ilipa (Alcalá del Río, cerca de Sevilla), donde contuvo al grueso de las tropas del enemigo, mientras que las alas de su ejército los rodeaban. Consolidó el dominio romano de Gades (Cádiz), con lo que completaba el control de la Península Ibérica.
Elegido cónsul en el 205 a.C., Escipión se atrevió a ignorar la presencia de Aníbal en Italia para golpear directamente en África. Una vez vencida cierta oposición política en el Senado Romano, se desplazó hasta Sicilia con un ejército formado parcialmente por voluntarios. Mientras que preparaba sus tropas, arrebató con osadía Locri Epizephyrii en la punta de Italia de las garras de Aníbal, aunque el posterior dudoso comportamiento de Pleminius, a quien dejó a cargo del mando de la ciudad, dio motivos a sus oponentes políticos para criticarle.
En el 204 a.C. desembarcó con unos 35,000 hombres en África, donde asedió Utica. A comienzos del 203 pegó fuego a los campos de Asdrúbal (el hijo de Gisgo) y de su aliado númida Syphax. Entonces, evitando las fuerzas que el enemigo intentaba reunir en las grande llanuras de Bagradas (actualmente Suq al Khamis, en el Majardah, Tunez), derrotó a ese ejército con un doble ataque envolvente.
La batalla de Zama
Tras la captura de Túnez, los carthagineses deseaban la paz, pero el consiguiente retorno de Aníbal a África les condujo de nuevo a la guerra en el 202 a.C. Escipión avanzó hacia el suroeste para unirse al príncipe númida Masinissa, quien traía a su inestimable caballería en su ayuda. Entonces se volvió hacia el este para afrontar a Aníbal en la batalla de Zama; sus tácticas envolventes fallaron contra el maestro del que las había aprendido, pero el desenlace fue decidido cuando las caballerías romana y númida, habiendo abandonado la persecución de la caballería carthaginesa cayeron sobre la retaguardia del ejército de Aníbal. La victoria fue completa, y acabo así la larga guerra contra Carthago; Escipión concedió unos términos de rendición a Carthago relativamente indulgentes. En honor a esta victoria fue llamado “el Africano". |
Últimos años
En el año 199 a.C. Escipión fue censor y se convirtió en "princeps Senatus" (el cargo a la cabeza del Senado). Si bien defendió fervientemente una política pro-helénica, abogó durante su segundo consulado (194) por la completa retirada romana de Grecia tras la expulsión de Filipo V de Macedonia, temiendo que Antíoco III de Siria la invadiera. Su miedo fue prematuro pero no infundado. Después que Antíoco hubiera entrado en Grecia y hubiera sido expulsado por un ejército romano, Lucio, el hermano de Escipión, fue puesto al mando del ejército que debía marchar contra él, actuando Publio como su legado (190 a.C.); los hermanos avanzaron juntos hacia Asia, pero Publio estaba demasiado enfermo para tomar parte personalmente en la victoria de Lucio contra Antíoco en Magnesia (por la que Lucio tomo el nombre de "Asiagenus").
Al mismo tiempo, en Roma, los opositores políticos de Escipión, liderados por Catón, lanzaron una serie de ataques contra Escipión y sus amigos. El mandato de Lucio no fue prolongado; las generosas condiciones de paz que el Africano propuso a Antíoco fueron severamente modificadas; para acabar en el "proceso de los Escipiones". En el proceso, los hechos encausados fueron confusos: en el 187 a.C. una acusación a Lucio por negarse a rendir cuentas sobre 500 talentos recibidos de Antíoco (¿como indemnización de guerra o como botín personal?) fue desestimada y el mismo Africano pudo haber sido acusado pero no condenado en el 184 a.C. En cualquier caso, su influencia fue grande, y Escipión se retiro de Roma a Liternum, en Campania, donde vivió humildemente, cultivando sus tierras con sus propias manos y viviendo en una "villa" (granja del campo) de talla modesta.
No viviría mucho más: amargado y enfermo, murió en el 184 o 183 a.C., en su exilio. Se dice que ordenó su entierro en Liternum en lugar de en la ingrata ciudad de Roma, donde estaba la tumba de su familia, en la Vía Apia.
Para descargar en mp3 la biografía de Publio Cornelio Escipión contada por a Juan Antonio Cebrián pulsa aquí.
En el año 199 a.C. Escipión fue censor y se convirtió en "princeps Senatus" (el cargo a la cabeza del Senado). Si bien defendió fervientemente una política pro-helénica, abogó durante su segundo consulado (194) por la completa retirada romana de Grecia tras la expulsión de Filipo V de Macedonia, temiendo que Antíoco III de Siria la invadiera. Su miedo fue prematuro pero no infundado. Después que Antíoco hubiera entrado en Grecia y hubiera sido expulsado por un ejército romano, Lucio, el hermano de Escipión, fue puesto al mando del ejército que debía marchar contra él, actuando Publio como su legado (190 a.C.); los hermanos avanzaron juntos hacia Asia, pero Publio estaba demasiado enfermo para tomar parte personalmente en la victoria de Lucio contra Antíoco en Magnesia (por la que Lucio tomo el nombre de "Asiagenus").
Al mismo tiempo, en Roma, los opositores políticos de Escipión, liderados por Catón, lanzaron una serie de ataques contra Escipión y sus amigos. El mandato de Lucio no fue prolongado; las generosas condiciones de paz que el Africano propuso a Antíoco fueron severamente modificadas; para acabar en el "proceso de los Escipiones". En el proceso, los hechos encausados fueron confusos: en el 187 a.C. una acusación a Lucio por negarse a rendir cuentas sobre 500 talentos recibidos de Antíoco (¿como indemnización de guerra o como botín personal?) fue desestimada y el mismo Africano pudo haber sido acusado pero no condenado en el 184 a.C. En cualquier caso, su influencia fue grande, y Escipión se retiro de Roma a Liternum, en Campania, donde vivió humildemente, cultivando sus tierras con sus propias manos y viviendo en una "villa" (granja del campo) de talla modesta.
No viviría mucho más: amargado y enfermo, murió en el 184 o 183 a.C., en su exilio. Se dice que ordenó su entierro en Liternum en lugar de en la ingrata ciudad de Roma, donde estaba la tumba de su familia, en la Vía Apia.
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